"Iban nueve mujeres. Todas ellas de profesión humilde, aceituneras, afiliadas al sindicato de la UGT y
detenidas por falangistas en la mañana del 10 agosto de 1936. Las
mandaron en pocas horas al Puerto de Sevilla, dirección al buque prisión
Cabo Carvoeiro.
La fecha sería muy recordada en la ciudad. Cada día se
mataba a sangre fría y en aplicación del bando de guerra a gran
parte de la élite izquierdista. Precisamente, ese diez de agosto fue el
día que aniquilaron a un importante grupo de la corporación municipal
republicana. Blas Infante, padre de la patria andaluza, era una de aquellas víctimas.
Las jornaleras asesinadas eran María, Rosario, Leonisa, Josefa, Francisca, Gabina, Victoria, Josefa y Guadalupe.
Eran mujeres del mundo agrícola de entre 19 y 43 años de edad. Todas
vivían en el municipio de San Juan de Aznalfarache y fueron fusiladas en
la saca del 24 de octubre de 1936. A Josefa la violaron antes de
su muerte
Eso cuenta la bisnieta de su hermana Caridad, Esmeralda.
También le cortaron los pechos. De María Díaz Arriaza se ha logrado
rescatar parte de su biografía. El asesinato de sus hermanos menores. De
Guadalupe solo se conoce el testimonio de su hijo huérfano a los 10
años, Manuel Anillo. (...)
El temido capitán Manuel Díaz Criado, mano derecha de Queipo de
Llano sería el firmante de la saca de las nueve aceituneras la mañana
del 24 de octubre. Sánchez señala a Público cómo aquella mañana
“ordena que le entreguen a cuarenta y seis personas presas en el barco
prisión Carvoeiro, proporcionado a los golpistas por la compañía naviera
Ibarra”.
Tres de aquellos hombres y tres mujeres no llegaron a perder
la vida. No ocurrió lo mismo con las cuarenta personas restantes que son
vilmente asesinados. Veintiún hombres y trece mujeres, una de El
Garrobo, Sevilla, y las doce restantes vecinas de San Juan de
Aznalfarache, entre las que se encuentran a las nueve aceituneras. (...)
El perfil de estas nueve mujeres es bastante común en la Andalucía rural
de los años 30 con fuertes cambios sociales en pleno auge de la II
República. “Eran trabajadoras humildes y pobres, algunas vivían
en el Barrio del Manchón, un barrio de chabolas en zona inundable, sin
agua corriente ni alcantarillado.
La última inundación del Guadalquivir
de enero de 1936, hizo estragos en San Juan Bajo y especialmente
en el Barrio del Manchón, uno de los más humildes de San Juan, barrio
que visitaron muchas veces los falangistas para llevarse y asesinar a
sus vecinos y vecinas”. (...)
La familia de María Arriaza Calero es una de las
pocas que conoce parte de su biografía. Sánchez recuerda cómo sus
hermanos fueron duramente reprimidos por los franquistas de San Juan. “Los que los señalaron no eran de fuera, eran fascistas rabiosos del pueblo”,
aclara Raúl.
Los militares señalaron con nombre y apellidos a María
Arriaza Calero con 21 años, y a dos de sus hermanos, a Diego con 18 años
lo asesinaron el 4 de enero de 1937, y a José con 25 años el 26 de
octubre de 1936. El otro de los hermanos también murió asesinado. María
Díaz, sobrina de esta aceitunera narra como a “sus padres les faltó poco
para volverse locos”.
El caso de Guadalupe Sánchez resulta verdaderamente triste. Su nieta Guadalupe Anillo narra a Público la infancia de su padre Manuel. Con tan solo diez años quedó traumatizado con la trágica noticia de la muerte de sus padres. Guadalupe Sánchez López
tenía solo 32 años y Antonio Anillo Marín, 35.
“Mi padre iba a
llevarles comida cada mañana al buque cárcel del Puerto y aquella mañana
le dijeron a un niño de diez años que a sus padres se los habían llevado para fusilarlos al cementerio”.
Guadalupe no contiene la tristeza al pensar la rabia con la que vivió
su padre Manuel. “Cuando era pequeña y volvimos a Morón de la Frontera
para que mi padre trabajara como chófer en la base estadounidense, uno
de los americanos supo de su pasado familiar y nos tuvimos que ir
corriendo. Lo hemos pasado realmente mal”. Guadalupe conoce poco
de su abuela. “Era aceitunera y tenía las ideas muy claras pero mi padre
no quería que supiéramos todo este drama”, añade." (María Serrano, Público, 10/11/17)
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