5/9/17

Hasta el maestro le llamaba ‘el hijo del rojillo’

"Casimiro Malo Satué lo fue a buscar la Guardia Civil a casa cuando languidecía el verano de 1938 y el país llevaba dos años en llamas por la guerra. Era labrador, tenía 41 años y sus delitos fueron la “rebelión militar” y ser miembro del Comité Republicano de Alcalá del Obispo. 

Tras dos meses en la cárcel de Huesca, un consejo de guerra le sentenció a muerte. Le fusilaron junto a la tapia del cementerio de la carretera de Zaragoza el 25 de noviembre de 1938. Dejó tres huérfanos.(...)

Casimiro Malo formó parte de una saca de presos junto a otros agricultores de Alcalá del Obispo. “Mi padre tiene 80 años”, recuerda Alberto, “y tres meses cuando se llevaron a Casimiro. Siempre le llenaba de tristeza que le preguntasen por él y recordarle el tema era provocar que terminase llorando. 

Plantearle la posibilidad de poder encontrar sus huesos y darle una sepultura digna, un sitio donde su hijo pueda llevarle unas flores y recordarle, ha levantado en casa un ánimo excepcional”.

Su familia fue “despreciada por el lado nacional que quedaba en el pueblo. Incluso recuerdo oír a mi padre decir que en el colegio hasta el maestro le llamaba ‘el hijo del rojillo’. En la familia siempre se ha intentado hablar un poquito bajo, de paso, por cierto temor, por no querer remover la historia y por miedo”. 

Nadie se da por vencido, y tanto los familiares como el Círculo Republicano seguirán pendientes de nuevos indicios, testimonios y documentos que ayuden a esclarecer el paradero de Casimiro."                   (Business Monkey News, 26/07/17)

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