29/9/10

La hermana de uno de los últimos fusilados del franquismo acude a la ONU pidiendo la anulación de aquella condena que provocó una repulsa mundial



"Baena, García Sanz y Sánchez Bravo fueron condenados a muerte por el asesinato de un policía y un guardia civil en un consejo de guerra sumarísimo que aplicaba de forma retroactiva la ley antiterrorista de agosto de ese año. La mujer de Sánchez Bravo estaba embarazada de una niña a la que puso de nombre Luisa Humberta Ramona, en recuerdo de los tres fusilados.

"El juicio fue una farsa absoluta", recuerda Gerardo Viada, abogado de García Sanz. "No tenían ni una sola prueba. Y a los abogados nos echaron de la sala. A mí me sacó un policía militar a punta de metralleta". Christian Grobet, un observador de la Liga Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos que se coló en el juicio, calificó el proceso de "simulacro" y "farsa siniestra".

La familia de Baena lleva 35 años luchando por anular su condena. Su padre y su madre lo intentaron hasta que murieron. Desde el año 2000, continúa su hermana Flor. "Al llegar la democracia, mi padre llevó a Madrid la carta que le había escrito una testigo que decía que mi hermano no era el asesino.

Al ver su foto en televisión, se dio cuenta de que estaban acusando a uno que no era y fue a la jefatura de policía. La primera vez no quisieron atenderla, la segunda la metieron en un despacho, un policía sacó su pistola, se puso a jugar con ella, y le dijo: 'señora, olvídese. Todos están en el mismo saco'. Ella se sentía culpable. Mi padre también llevaba a dos testigos que podían demostrar que mi hermano estaba aquel día en Portugal, pero le dijeron que no había nada que hacer".

Fernando Baena ni siquiera pudo enterrar a su hijo. Le dijeron que el coche fúnebre llegaría a las 12 y lo enterraron a las ocho. "Mi padre decía que le tenían miedo hasta muerto. Aquello lo destrozó". (...)

También el testimonio de Victoria Sánchez Bravo, que recuerda cómo los miembros del pelotón de fusilamiento que se habían presentado voluntarios para ejecutar las sentencias de muerte celebraron delante de ella que acababan de matar a su hermano." (El País, Galicia, 28/09/2010, p. 8)

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