Fueron miles las que mujeres sufrieron la represión franquista entre 1936 y 1945 en Gipuzkoa. Las castigaban por su militancia política y por ocupar un espacio público. Y por ello buscaban humillarlas. El abanico de vejaciones era amplio: represión económica, despidos laborales, cortes de pelo, administración de aceite de ricino, negación del luto a las viudas, expulsiones de sus pueblos, y en los casos más extremos encarcelamientos, violaciones o fusilamientos, según acredita un estudio presentado este sábado por la Diputación de Gipuzkoa y la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

Las autoras de este trabajo aseguran que “cuesta mucho encontrar fuentes”, porque “muchas mujeres no hablan” o sólo se atreven a hacerlo al final de su vida. Fueron mujeres que “lucharon por sobrevivir” y que “hicieron frente” a esas represalias. La resistencia que ofrecieron al régimen tiene su propio capítulo en el libro: La represión franquista ejecida sobre las mujeres entre 1936 y 1945. El caso de Gipuzkoa, editado por la Diputación de Gipuzkoa.

Las mujeres, niños, niñas y personas mayores expulsadas de sus pueblos por los franquistas fueron unas 1.000 en nuestro territorio, la mayoría mujeres. “Tenían que rehacer sus vidas empezando desde cero”. Está documentado que tres de estas mujeres, María Juana Gesalaga, María Josefa Sanzberro y Simonne Paquita Lebouch fueron deportadas a campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

El tipo de violencia que se ejercía contra ellas tenía un doble componente, “el político, pero también el de género”, el de puro maltrato a la mujer, que por aquel entonces ni siquiera estaba categorizado y era considerado como una “anécdota, un hecho aislado, casual”. Así murió Clara Morán, una miliciana de Gallarta que violaron y mataron en Elgeta después de ejecutar a sus padres. También en Elgeta se ha descubierto un “testimonio ya casi desaparecido” de una mujer que fue violada y sólo pudo reconocerlo muchos años después.

Purga laboral

La Comisión de Incautación de Bienes de Gipuzkoa expropió a 30 mujeres; el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Navarra condenó a 111 mujeres; y cuando los franquistas llegaron al poder, la Diputación de Gipuzkoa expulsó a 215 mujeres, destituyeron a 57 de los servicios telefónicos, 5 del ferrocarril del Urola, 7 trabajadoras de limpieza, 4 profesoras, 2 camineros y una en la casa cuna de Fraisoro, sin especificar la profesión en el caso de otras 4 mujeres.

Por otro lado, se han investigado 3.545 expedientes de mujeres presas en prisiones desde 1936, más del 95% encarceladas por motivos de guerra, 9 en Azpeitia, 121 en Tolosa, 2.151 en Saturraran (Mutriku) y 1.264 en Ondarreta (Donostia). En cuanto a las mujeres fusiladas, hasta la fecha se han identificado más de 50, la mayoría fueron fusiladas sin juicio militar.

En los territorios de Hego Euskal Herria se han contabilizado unas 190 milicias, la mayoría de ellas lucharon con las Milicias Vascas Antifascistas. De ellas, 45 de origen guipuzcoano lucharon en el frente, 22 empuñando las armas, 5 ejerciendo de enfermeras, 9 en trabajos de cocina y 9 en servicios asistenciales.

El estudio presentado hoy ha sido liderado por la historiadora Ione Zuloaga, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con las aportaciones de otras tres mujeres: Queralt Solé (Universidad de Barcelona), Enara Garro (Universidad del País Vasco) y Lourdes Herrasti (Sociedad de Ciencias Aranzadi).

Eider Mendoza, diputada general de Gipuzkoa, ha destacado que “esta publicación analiza y revela la violencia silenciada e invisibilizada durante décadas. Es un paso importante, imprescindible, en el camino hacia la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas del franquismo”. Y ha recordado que, a la hora de cortarles el pelo, quisieron "cortar las alas a las ideas, la democracia, la libertad y la igualdad de aquellas mujeres”.

“El objetivo de aquel modelo de sociedad era dominar a las mujeres para que no aportaran a la sociedad, para que no desarrollaran su libertad y sus derechos, para que nuestro pueblo siguiera oprimido”, ha reflexionado. Pero, en palabras de la diputada, después de décadas de “oscuridad”, hoy podemos afirmar “firmemente” que, gracias al ejemplo de todas aquellas mujeres y niñas, a la “dignidad” que demostraron en todo momento, aunque todavía tenemos mucho que hacer, estamos avanzando y avanzaremos en la “igualdad de mujeres y hombres”. “Debemos mucho a aquellas mujeres que sufrieron la violencia del franquismo y del odio”, ha resumido."               (N. G., Noticias de Gipuzcoa, 10/02/24)